El movimiento de algunos servicios a la nube es una tendencia que no deja de crecer. En compañías de reciente creación es habitual tener prácticamente toda su IT en uno o varios proveedores de servicios Cloud. ¿Se va a producir este 2019 el gran salto a la nube? Pues eso parece indicar el informe de IDG “Cloud Computing Survey” que afirma que el 73% de las empresas ya cuenta con algún servicio, o muchos, en la nube, y que hasta un 38% piensa migrar todos sus servicios.
Para traspasar servicios a la nube hay que tener en cuenta varios factores. En primer lugar, es necesario validar los requisitos legales y el retorno económico. Un ejercicio que ya han hecho muchas empresas con un gran número de sus servicios ha sido el de construir un mapa de qué y en qué orden pueden migrar. Ahora bien, no es lo mismo trasladar una aplicación monolítica diseñada hace 15 años, que un entorno de reciente creación y, por eso, ambos casos han de tratarse de manera aislada.
Para los servicios tradicionales hemos observado una proliferación de herramientas que permiten realizar estas migraciones de forma sencilla. Velostrata, una compañía comprada recientemente por Google, es un buen ejemplo, ya que permite mover máquinas virtuales desde un entorno VMware a la nube en cuestión de minutos. Mover máquinas virtuales a IaaS, probablemente no sea la mejor manera de optimizar recursos pero, su similitud con la IT tradicional justifica el uso de esta aproximación.
Así mismo, una de las grandes ventajas del servicio de Google Cloud y otras plataformas son los servicios autogestionados (PaaS), que nos permiten, por ejemplo, dejar de instalar y mantener bases de datos.
Una de las apuestas diferenciadoras de Google Cloud es la gestión de datos, facilitando a través de sus servicios, el despliegue de Data Warehouse bases de datos NoSQL o transaciconales, con características de elasticidad, rendimiento, disponibilidad y precios líderes en el mercado.
En el caso de que la alternativa sea crear una aplicación nueva, en lugar de migrar una existente, los proveedores Cloud facilitan el uso de las nuevas tecnologías como por ejemplo los contenedores y sus orquestadores (Kubernetes). Para estos casos la apuesta de Google Cloud es el software abierto, con el objetivo de evitar que los clientes queden ligados a soluciones de un proveedor particular, (vendor lock-in).
En este ámbito, hace unos años que se lanzó la comunidad Kubernetes, el orquestador de contenedores más popular, y durante 2018 se crearon dos nuevas iniciativas. La primera de ellas se llama Knative, y es un entorno de desarrollo y ejecución que permite construir aplicaciones de forma sencilla y escalable con la posibilidad de llevarlas a cualquier cluster de Kubernetes. La segunda iniciativa se llama Kubeflow y contribuye a gestionar modelos de Machine Learning para su creación, despliegue y mantenimiento.
Si hacemos referencia al Machine Learning es imprescindible reseñar que es una de las áreas de mayor crecimiento en las que nuevas tecnologías y herramientas como Tensorflow y Auto-ML simplifican el diseño e implementación de soluciones.
Para finalizar, destacamos el uso de la voz como nueva interfaz, un área que durante todo 2019 seguirá en pleno crecimiento, ya que, gracias a la madurez de las herramientas y servicios de Machine Learning, crear robots conversacionales está al alcance de todos.
Como conclusión, sí lo que buscas es cómo avanzar dentro del mundo de IT actual, mi recomendación es apostar por formarte en tecnologías como contenedores y Kubernetes o adentrarte en el fabuloso mundo de Machine Learning, a través de certificaciones como las ofrecidas por Google: