FinCrime y Ciberseguridad: Claves para Prevenir el Fraude Financiero con IA y Regu-lación | NTT DATA

mi., 06 agosto 2025

FinCrime y ciberseguridad: una alianza crítica frente al fraude financiero del futuro

Colaboración y nuevas tecnologías para anticipar, detectar y neutralizar amenazas complejas.

 

El fraude financiero ya no es un problema aislado de las área financieras: es una amenaza transversal que impacta a toda la organización. Para combatirlo, la ciberseguridad y la lucha contra el FinCrime (crimen financiero) deben caminar de la mano, compartiendo inteligencia, tecnología y visión estratégica.

La digitalización de los servicios financieros trajo aparejada una transformación en la naturaleza del fraude. Lo que antes eran ataques manuales y aislados, hoy son operaciones automatizadas, masivas y sofisticadas. Los defraudadores utilizan bots para probar credenciales robadas en tiempo real, campañas de phishing potenciadas por IA generativa y técnicas de ingeniería social cada vez más creíbles.

Además, la expansión hacia canales móviles, APIs y plataformas de terceros multiplica las superficies de ataque. Ya no son sólo transferencias sospechosas, sino también suplantación de identidad en procesos de onboarding digital, manipulación de datos biométricos y explotación de vulnerabilidades en integraciones tecnológicas.

 

El doble rol de las nuevas tecnologías

Las tecnologías disruptivas, como la propia IA generativa, la biometría o el blockchain, tienen un doble rol en este nuevo escenario de ciberseguridad y FinCrime.

Porque así como las amenazas se vuelven más sofisticadas con la ayuda de la IA y se hace cada vez más necesario cuidar nuestros datos biométicos (huella digital, cara, voz e iris), estas mismas tecnologías pueden ser aliadas en la detección del crimen financiero.

Con un volumen de información que crece exponencialmente, la IA es una herramienta fundamental para detectar patrones anómalos y anticipar amenazas en tiempo real. Para llegar a la adopción masiva, muchas organizaciones trabajan en superar barreras como la calidad de los datos, la falta de talento especializado o la resistencia al cambio.

Todo esto limita el aprovechamiento pleno del potencial de esta tecnología como pilar en la lucha contra el fraude: su capacidad para centralizar datos, generar alertas inteligentes y facilitar la colaboración entre áreas como ciberseguridad, compliance y negocio.

La autenticación biométrica, por su parte, ofrece métodos más seguros y menos vulnerables al phishing. Combinada con la verificación de identidad digital, permite reducir el fraude en procesos críticos como el acceso a plataformas o el alta de nuevos clientes. El blockchain, aún en fase exploratoria en muchos sectores, promete una trazabilidad inmutable de las transacciones, clave para prevenir el fraude documental o validar operaciones financieras complejas.

 

Rompiendo silos: ciberseguridad y antifraude

Uno de los grandes desafíos es la colaboración entre los equipos de ciberseguridad y antifraude. A menudo, operan con enfoques, herramientas y métricas distintas, lo que dificulta una respuesta coordinada. Mientras ciberseguridad se enfoca en proteger sistemas y datos, antifraude analiza el comportamiento del usuario y las transacciones.

Pero avanza una nueva tendencia: cyberfraud fusión, que propone un equipo combinado que incluye especialistas con conocimiento tanto en ciberseguridad como en fraude. Su objetivo: canalizar la información clave de un área a otra de forma oportuna. Ciberseguridad puede ayudar a antifraude a interpretar la información y las alarmas detectadas y estos podrían retroalimentar compartiendo sus hallazgos para optimizar la configuración y eficacia de las defensas.

 

Seguridad y experiencia del cliente: un equilibrio posible

Uno de los dilemas más frecuentes en el entorno digital es cómo equilibrar la seguridad con la experiencia del cliente. La clave está en aplicar controles robustos que no generen fricción. Tecnologías como la autenticación biométrica, el análisis de comportamiento o el riesgo adaptativo protegen sin interrumpir la fluidez de uso.

Además, si la seguridad se integra desde el diseño del producto, es posible crear flujos seguros y amigables. Incluir a expertos en ciberseguridad en las fases tempranas de desarrollo es esencial para lograr ese equilibrio.

Finalmente, el usuario debe recibir formación y concienciación. Una persona bien informada identifica intentos de fraude y se puede defender, además de que entiende que algunas protecciones y controles son necesarios y que, al igual que en el mundo real, cuando pasamos por la seguridad de nuestro edificio y abrimos varias cerraduras, en el mundo digital es necesario comprobar la identidad en varios pasos.

 

Regulación: avances y desafíos

En términos regulatorios, normativas como PSD3 y DORA marcan el camino hacia una mayor seguridad en pagos electrónicos y resiliencia operativa. La primera refuerza la autenticación del cliente y el control sobre el acceso a datos bancarios, mientras que la segunda exige a las entidades financieras fortalecer sus capacidades frente a ciberataques y fallos tecnológicos.

Sin embargo, persisten vacíos normativos y una fragmentación regulatoria que limita la eficacia de la respuesta global. El fraude financiero no conoce fronteras, pero las regulaciones sí. La armonización internacional y la cooperación transfronteriza serán claves en los próximos años.

 

Mirando al futuro: velocidad, coordinación y criterio humano

El mayor reto en los próximos tres años será adaptarse a la velocidad con la que evoluciona el fraude. Los atacantes adoptan nuevas tecnologías con agilidad, mientras que las organizaciones tardan más en adaptar sus defensas.

Será prioritario mantener el ritmo sin comprometer la calidad ni la experiencia del cliente. Al mismo tiempo, será necesario reforzar la coordinación global, armonizar marcos regulatorios y combinar la automatización con el criterio humano.

La tecnología es indispensable, pero la capacidad de interpretar contextos complejos, tomar decisiones éticas y anticipar riesgos emergentes seguirá siendo un diferencial humano insustituible.

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Incorporando el concepto de inteligencia artificial contra el fraude en la estrategia global